Consejos durante el proceso de traducción: la documentación

Cuando somos principiantes y nos encontramos ante un texto, sea del tema que sea, tendemos a pensar que no sabemos lo suficiente sobre dicho tema, que quizá nos vayan a surgir demasiadas dudas y preguntas que no vamos a saber resolver de cara a la traducción. Sin embargo, por muy especializado que esté un traductor, lo cierto es que son tantos y tan numerosos los temas que podemos encontrar en un mismo texto que nunca se está preparado al 100 % para todos ellos. Es por eso que la documentación acerca del tema (o temas) sobre los que trata nuestro texto es algo fundamental y, en la mayoría de ocasiones, una garantía de que nuestra traducción será lo más correcta y fiel al original posible.

De todos modos, el primer paso a la hora de enfrentarnos a una traducción siempre es leer el texto completo, ya que, sin una idea general sobre este, podemos incurrir en errores graves que afectarán sin duda a la calidad de nuestra traducción. Una lectura rápida nos acercará lo suficiente al texto y al contexto para hacernos una idea de los futuros problemas e inconvenientes a los que tendremos que hacer frente y supondrá el primer paso en el proceso de traducción.

Tras esto, mi consejo es documentarse lo máximo posible sobre el tema del que versa el texto. Podemos buscar textos paralelos, alguna traducción que ya se haya hecho sobre el mismo tema y, si es de la misma fuente que nuestro texto, mucho mejor, ya que eso nos permitirá fijarnos en si hacen uso de un vocabulario específico o tienen traducciones fijadas para ciertos términos. Con el gran alcance que tiene Internet hoy en día, donde todo está a un clic de distancia, no es difícil encontrar lo que necesitamos con un par de búsquedas; incluso en algunas ocasiones podemos encontrar más información de la que esperábamos. En caso de enfrentarnos a un tema muy concreto, siempre está la opción de ponernos en contacto, sobre todo por medio del correo electrónico, con especialistas del tema o con alguna empresa que se dedique al ámbito que abarque nuestro texto, pues os sorprenderá la cantidad de gente que está dispuesta a ayudar con cuestiones de tipo terminológico. Y es que, si no se trabaja para una empresa de un sector concreto, un traductor puede dedicarse a traducir un manual de instrucciones y, la semana siguiente, estar traduciendo una guía turística. Aun así, considero que es muy interesante especializarse en un ámbito concreto, el que prefiramos o nos llame la atención, más que querer abarcar todos, porque, como se suele decir, aprendiz de todo, maestro de nada. Y en traducción es esencial ser casi expertos del tema que nos ocupe en cada texto.