Hay maneras muy ortodoxas de enseñar a escribir correctamente y otras que son, digamos, más alternativas. Podríamos englobarlas en un género nuevo que se llamara lingüística ficción, ya que recurren a la narrativa o a la poesía para contar de manera más amena lo mismo que aconsejan los sesudos manuales ortográficos y de estilo. En esta santa casa contribuimos a ese género con los relatos ortográficos, pero ejemplos no faltan. Véanse las viñetas de don Pardino o los sonetos lingüísticos de Ramón Alemán.
La penúltima en llegar a la lingüística ficción es Cris Planchuelo, pedagoga y comunicadora que ha trabajado en distintos medios de comunicación y que está detrás de Mari Tilde, una pizpireta consultora ortográfica-sentimental que atiende su consultorio en el blog de Cálamo y Cran, la empresa de servicios de edición, traducción y formación en la que trabaja actualmente dando clases de comunicación escrita.