Entrevista a Jesús Álava Antón por la publicación de «La Perla del Lario»

¿Devoras las series policíacas? ¿Necesitas una dosis de suspense en tu día a día? Sin duda, La Perla del Lario, nuestra última novedad de la colección Tinta Negra, es para ti. Una novela en la que la inteligencia artificial se presenta como el eje vertebrador de un thriller psicológico ambientado en el idílico lago de Como que te atrapará desde la primera página. Hemos hablado con su autor, Jesús Álava, sobre el proceso creativo y sobre un tema cada vez más recurrente en la conversación pública: la inteligencia artificial.

¿Cómo estás viviendo el lanzamiento de tu segunda novela?

Supone cumplir el sueño de hacer llegar mis historias al gran público. Autopubliqué mi primera novela (el primer caso del detective Jaime Castellanos), La Geometría del Mal, en 2015. Contra todo pronóstico, alcancé el primer puesto de ventas de Amazon Kindle en España en la categoría de novela policiaca y de misterio y en dicha sección en español de la tienda Amazon en EE. UU. En 2021, autopubliqué mi segunda novela: La Perla del Lario. El hecho de que La Perla del Lario se publique de forma profesional a través de una editorial como Pie de Página me hace sentir afortunado. Leo con frecuencia tanto libros electrónicos como libros en papel, pero he de reconocer que me hace una ilusión especial que la edición impresa —que, por cierto, tiene una portada minimalista diseñada por José Miguel Rodríguez Montoya que me encanta—, esté disponible en librerías como la de mi barrio. Los libreros son gente muy especial que deberían seguir jugando un papel importante en nuestra sociedad por su capacidad para abrirnos la puerta a otros mundos y formas de pensar a través de sus recomendaciones.

Este thriller psicológico te atrapa desde la primera página. ¿Cómo de complicado es esto a la hora de construir la narración?  

Cuando planteo el desarrollo de una historia, me gusta que tenga cierto ritmo y que los enigmas que se van planteando despierten la curiosidad del lector. Suena fácil, pero resulta muy complicado sumergir al lector en un entorno que no es el suyo y convencerle de que merece la pena saber qué sucederá diez páginas más adelante. No sé si lo he conseguido, pero espero al menos haber sembrado la semilla de la curiosidad en las primeras páginas. Creo que con frecuencia banalizamos lo complejo que resulta entretener. Atraer la atención durante unos segundos es mucho más factible, pero atrapar de verdad requiere esfuerzo. Por eso, admiro tanto a narradores como Úrsula K. Le Guin, Paul Auster, Chesterton, Hammett, Raymond Chandler u otros más actuales como Amor Towles, Jöel Dicker, Susana Martín Gijón o Fred Vargas. Cada uno, en su estilo y género, consiguen que quieras más. Por cierto, hablando de thrillers psicológicos, me gustó mucho la novela de ciencia ficción Frontera Oscura, de Sabino Cabeza, que obtuvo el Premio Minotauro en 2020.

¿Cuál es tu mayor reto a la hora de escribir una novela así?

Uno de los mayores retos, a mi juicio, ha sido el de respetar la coherencia entre las diferentes tramas que se suceden en paralelo y mantener cierto nivel de tensión narrativa a lo largo de toda la novela. Me gustaría mucho que, quien lea La Perla del Lario, desconecte y se sumerja en un caso trepidante que le entretenga de veras. Hay tantas otras opciones de entretenimiento al alcance de nuestras manos (me viene a la cabeza el efecto hipnótico de los reels de Instagram o TikTok), que agradezco enormemente el esfuerzo que supone para un lector sentarse y dedicar tiempo a conectar con una historia que he escrito. Intenté elegir un entorno atractivo y muy evocador, como es el lago de Como, que creo que contribuye a generar un espacio muy alejado del día a día del lector.

En La Perla del Lario la inteligencia artificial es el eje vertebrador. ¿Somos conscientes verdaderamente de que esta tecnología ya convive con nosotros hasta en los libros?

Lo cierto es que terminé de escribir esta novela en 2021, mucho antes de que ChatGPT, Microsoft Copilot, Midjourney o Bard saltaran al estrellato. La inteligencia artificial es un tema que siempre me ha atraído. La llamada «singularidad tecnológica», que ha generado todo un movimiento con seguidores muy destacados en la élite empresarial mundial, me parece un concepto aterrador y fascinante a un tiempo: un punto de no retorno a partir del cual las máquinas serán capaces de generar por sí mismas vida artificial superior a la generación precedente. Recuerdo haber leído de adolescente Yo, robot, de Isaac Asimov, y haber experimentado la sensación de que el autor, con sus magníficas leyes de la robótica, estaba anticipando algo que quizás yo mismo tendría la posibilidad de vivir. En cierto modo, el Frankenstein, de Shelley, una novela increíblemente actual, es un ejemplo de trascendencia más allá de la muerte a través de una inteligencia artificial con consciencia de sí misma…¡y fue escrita a comienzos del siglo XIX!

¿Crees que con la inteligencia artificial se podrá conseguir todo?

La comunicación y la tecnología son dos de mis grandes pasiones. Soy de los que piensan que estamos ante un cambio de ciclo que dejará una impronta aún mayor que la que dejó la Revolución Industrial. Creo que la sucesión de innovaciones que vamos a experimentar cambiará para siempre nuestra relación con el trabajo y desembocará en un nuevo contrato social. Soy optimista y pienso que la tecnología, bien empleada, contribuirá al progreso de nuestra especie y a la sostenibilidad del planeta. No obstante, soy un firme defensor de la inclusión de estándares éticos para evitar desastres a gran escala. Aún estamos lejos de la AGI, la inteligencia artificial general o Artificial General Intelligence, que será la primera que realmente entienda y aprenda como lo haría el cerebro humano y que gozará de plena autonomía. Estamos en los albores de una de las mayores revoluciones: por primera vez una red neuronal no biológica será capaz de gestionar procesos y tomar decisiones de forma mucho más eficaz que nosotros. Es por este motivo que hemos de anticiparnos al mal uso que puede darse a estas tecnologías o a lo que puede suceder si dejamos que evolucione por sí misma sin control alguno.

¿Qué es lo más beneficioso, a tu parecer, que podemos extraer de ella?

Pienso que un aprendizaje interesante puede ser que, en esta época marcada por la polarización y el enfrentamiento, se necesitan personas empáticas que combinen creatividad y un afán por explicar la realidad a través de los datos, sin ideas preconcebidas. El sentido crítico es clave para el crecimiento personal y para la convivencia. La inteligencia artificial puede potenciar nuestras capacidades y contribuir a una sociedad más justa y mejor informada si se regula adecuadamente.

El detective Jaime Castellanos toma las riendas de la novela. ¿Qué partes de este personaje van a enamorar al lector?

Quizás lo más llamativo de Jaime Castellanos sea que no se trata de un detective en el sentido estricto del término. Es un antiguo creativo publicitario que sabe formular muy buenas preguntas y que aúna creatividad y rigor en el análisis de los hechos. Jaime Castellanos tiene una gran suerte y es que se rodea de excelentes colaboradores a los que aprecia y en los que confía plenamente, como Isata Diomande, una experta en ciberseguridad realmente brillante, o su amigo Cesare Barrichello, que le aporta sentido común y olfato comercial.

¿Hay un poco de Jesús Álava en Jaime Castellanos?

¡Ya me gustaría! Jaime Castellanos es mucho más inteligente que yo. A veces incluso siento que va un paso por delante de mí cuando escribo. Bromas aparte, las localizaciones que se suceden en el libro han sido visitadas por mí en algún momento de mi vida y algunas están conectadas con momentos importantes de mi vida. Creo que comparto con Jaime Castellanos una curiosidad insaciable y el afán de buscar respuestas, así como la afición por los idiomas. Además, compartimos coche: ¡un Fiat 500!

¿A quién le va a encantar este libro?

Considero que La Perla del Lario gustará a los amantes de los thrillers, a quienes devoran series policiacas y de suspense (más de un lector me ha dicho que ha tenido la sensación de estar viendo una serie) y, a quienes disfruten descifrando enigmas.

Si miras a tu alrededor y observas lo cotidiano, tu día a día, ¿de dónde sacarías otro thriller?

Creo que muy pronto asistiremos a otro pequeño gran cambio y será la siguiente generación de dispositivos de realidad aumentada, que potenciarán nuestra percepción y generarán capas «adicionales» de información que complementarán nuestra capacidad de procesamiento a través de los cinco sentidos. Entre otras cosas, dejaremos de ver como lo han hecho nuestros ancestros y lo que percibamos a través de nuestra retina será enriquecido con datos adicionales que, al menos en teoría, nos permitirán tomar mejores decisiones. Ahí hay un thriller interesante esperando a ser desenterrado. Pero eso, como diría Michael Ende, es otra historia y merece ser contada en otra ocasión…