Entrevista a Juan Romeu, autor de «Silvia no rima con nada»

Juan Romeu acaba de publicar Silvia no rima con nada, un manual de poesía diferente, una biografía lectora única.

¿De dónde viene el título del libro? 

Tanto el título como el subtítulo (…y otras tiernas y ridículas historias de amor) se explican a lo largo de la obra y es mejor no adelantar nada. Solo diré que Silvia es mi mujer y que lo de «ridículas» tiene que ver con Pessoa. 

En Silvia no rima con nada entremezclas teoría literaria y autobiografía. ¿Cómo se articula esta mezcla? 

En el propio libro sugiero que no hay nada más poético que la vida de uno mismo. Bajo esta premisa, aprovecho anécdotas de mi vida, generalmente relacionadas con la poesía, para hablar de poetas y poemas (de forma no demasiado teórica) y para mostrar cómo encontrar la poesía que se esconde en la vida de cada uno.   

¿Cuándo dirías que uno puede llamarse a sí mismo poeta? 

Como se suele decir, todos llevamos un poeta dentro. Lo que comúnmente llamamos «poeta» es la persona que escucha esa voz, la ejercita, le dedica tiempo y la exterioriza de una manera que ayuda a explicar los sentimientos y da consuelo a los que se sienten tristes y solos, es decir, a todos en algún momento. No es poeta el que escribe sobre sentimientos superficiales y con las primeras palabras que le vienen a la cabeza. 

¿Dónde se encuentra la poesía? 

La poesía está en todas partes y todo puede llevar a ella si se busca bien. Una manera directa y sencilla de alcanzarla es a través de los poemas, pero en el libro también digo que un volcán de dulce de leche o un gol de Cristiano Ronaldo pueden acercarnos a ella. Para eso, hay que saber reconocer qué es la poesía; algo que trato de explicar en el libro.  

Hablas de «poesía verdadera», ¿cuál es esa poesía verdadera en oposición a la falsa poesía? 

La poesía verdadera es la que consuela, la que ayuda a entenderse, o al menos a entender por qué uno no se entiende, la que cambia la forma de ver la vida, la que permanece a nuestro lado en los momentos malos. Se reconoce porque, cuando se encuentra, el corazón es como si diera un pequeño brinco. Puede que la poesía verdadera no nos libre de la tristeza, pero sí nos hace sentirnos menos mal por estar tristes. No es poesía verdadera la frase frívola partida en versos que simplemente describe de forma ingeniosa y no explica nada, por mucho que «suene bien»; la que, como un mal amigo, deja tirado cuando más se la necesita. 

¿Quién debería leer Silvia no rima con nada

El libro está pensado especialmente para gente que quiera iniciarse en el mundo de la poesía, para el que quiera empezar a leer algo de poesía que se entienda. Pero también lo pueden leer quienes sientan la curiosidad de ver hasta qué punto la poesía sostiene una vida y la enriquece.